

La carencia de educación ambiental
A partir de la década de los 50 empezaron a aparecer muchas enfermedades como Donora, Poza Rico, enfermedad de Itai Itai. Todo ello a causa de la mala acción del hombre con el entorno natural. A partir de estos hechos, en el año 1965 el Comité Consultivo de la UNESCO de Investigaciones sobre los recursos naturales realizó una conferencia para tratar la preservación de la Biosfera y el uso racional de los recursos naturales. Años más tarde, exactamente en el 1970, mediante la UICN-UNESCO precisa la educación ambiental como proceso para contemplar los valores morales y la práctica de toma de decisiones para el bienestar con el medio natural. En el presente texto se tratará la deficiencia en la educación ambiental como generador del uso indiscriminado de los recursos naturales. A continuación, se explicará dos principales factores.
El primer factor que se percibe es la carencia de habilidades morales en los estudiantes en relación con el entorno natural. Se concibe este hecho bajo una doctrina basada en el Conductismo. Según Castillo, quien cita a Skinner (1972) nos menciona que es importante el modelamiento de la conducta del hombre para conseguir los objetivos deseados. En base a ello, es necesario mencionar que esta doctrina no se logra desarrollar plenamente en todos los centros educativos. En primer lugar, se evidencia la poca importancia de los educandos por promover el diálogo, en el cual traten temas ambientales de interés. Ello origina que el estudiante no sienta libertad ni confianza con el profesor para expresar sus ideas. En segundo lugar, existe el escaso énfasis en desarrollar la convivencia en el plantel con la finalidad de lograr un respeto hacia el medio ambiente. Además, existe la práctica minúscula de la disciplina escolar mediante estrategias para la formación de personas autónomas. Por ende, el estudiante no tiene la disposición de desarrollar el compromiso e involucración con hechos que suscitan en el entorno. Este hecho ocasiona que el estudiante desarrolle actitudes desvinculadas al cuidado de los recursos naturales. En tercer lugar, se evidencia en los educandos la nula la coherencia entre sus actitudes y las normas que imparten en el centro escolar para cuidar el entorno natural. Este es un hecho que genera confusión y falta de credibilidad en los estudiantes, pues se considera que, en el ámbito educativo, el educando es un modelo a seguir. Por ende, es importante el compromiso y la responsabilidad por parte de los educandos para lograr alcanzar con satisfacción las metas ambientales.
El segundo factor que interviene en esta problemática es la ausencia de enseñanza constructivista en la educación ambiental. Según Castillo, quien estudia a Vygotsky (1934) nos refiere que es necesario el desarrollo del Constructivismo bajo hechos cotidianos que respondan a una sociedad postmoderna y comunicativa. En primer lugar, se evidencia el limitado desarrollo de un aprendizaje participativo bajo estrategias de los educandos para cuidar los recursos naturales. Este hecho genera que el estudiante no asuma responsabilidades consigo mismo y con el medio que los rodea. Así también, se presenta el mínimo énfasis por parte de las escuelas en desarrollar e la búsqueda en los estudiantes. Es decir, el educador no cumple su rol de manera activa como facilitador de la construcción de nuevos aprendizajes en el educando. Así mismo, se observa la escasa importancia en promover al estudiante el desarrollo de pensamiento crítico frente a una situación de carácter ambiental. Este hecho, podría generar que el estudiante no desarrolle la exploración para examinar y equilibrar las distintas formas de representación mental para encontrar sus propias respuestas. En segundo lugar, se manifiesta el escaso desarrollo de estrategias para que el estudiante participe en relación con la problemática ambiental de su comunidad. Es decir, no se promueven con gran ahínco actividades que puedan desarrollar los educandos para proteger los recursos naturales en cada lugar específico.
En síntesis, la carencia de enseñanza de competencias morales y la escasa importancia en impartir una enseñanza constructivista en los centros educativos en relación con el entorno natural puede considerarse como una gestión ineficiente por parte del ámbito educativo. Pues, la finalidad de las escuelas no solo debería centrarse en preparar al estudiante para adaptarse a una sociedad o a la vida adulta. Por el contrario, deberían enfocarse en construir adecuadamente la personalidad moral y mantener activa la participación de este. En la cual, se pueda generar un lugar de cambio y orientación cuando se presenten conflictos de tipo ambientales. Por ende, es necesario plantear una Reforma Educativa en todos los niveles de educación que fomente destrezas y actitudes para participar en la protección y conservación del entorno natural.
Dayanna Sandoval
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